Venía rápido, muy rápido y se le soltó un patín a él, que era el rey de esta jungla. Se le soltó un patín... Su corazón no era un hotel (aunque corría ese rumor) y hoy tiene una entre otras cruces en este bosque siempre cruel. Dejó un billete que pide a gritos que lo gasten como una hoja, derivó en tu mismo turbio río. Entre amuletos y talismanes su destino desafió, si su nariz crecía de tamaño, prometía más. No le robaba nunca a nadie (a nadie en especial), ganó un orzuelo de tercer ojo y su nariz sangró. No hubo caricias para su celo moro y ahora mira crecer las flores desde abajo. ¡Safó!
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Que sea lindo por favor